lunes, 8 de septiembre de 2008

Plantas


El robo de plantas con propiedades medicinales se ha convertido en un acto cada vez más frecuente en esta zona. Los laboratorios internacionales se aprovechan de las riquezas de la región.
La Amazonia suma a sus problemas endémicos la biopiratería, la mayor amenaza del nuevo milenio para este territorio de siete millones de kilómetros cuadrados, compartido por Bolivia, Brasil, Ecuador, Colombia, Perú, Venezuela, Guayana Francesa y Surinam.La biopiratería o robo de plantas con fines comerciales comenzó hace unos 15 años, pero se incrementó cuando laboratorios de países industrializados descubrieron que en las plantas de la Amazonia podríanencontrarse remedios para muchas enfermedades y enviaron a sus expertos a identificar especies útiles.Especialistas de la Universidad Federal de Pará, al norte de Brasil, consideran que laboratorios del mundo entero tienen científicos en la selva en busca de plantas con propiedades curativas, medicinales y aromáticas.“Muchos (laboratorios) están convencidos de que, si algún día se descubre el medicamento para la cura del sida, ocurrirá probablemente en la Amazonia”, dice Vicky Shreiber, experta del Centro Internacional de Investigación y Desarrollo (CIID) de Canadá. Estudios realizados por organizaciones ecologistas señalan que el tráfico de conocimientos y técnicas curativas indígenas causa a los países amazónicos pérdidas anuales superiores a los 10.000 millones de dólares.El auge de la medicina alternativa o tradicional, basada en la curación con hierbas, también está contribuyendo a acrecentar la biopiratería.Se estima que entre 30 y 40 por ciento de los pobres de América Latina usan la medicina tradicional o alternativa sea por patrones culturales, poca cobertura de los servicios tradicionales de salud o escasos medios económicos.Los más perjudicados con el aumento de la biopiratería son los pueblos indígenas, por la expoliación que podrían sufrir muchos de sus recursos naturales.La comunidad asháninka de la selva peruana lo está experimentando en carne propia. Muchos de sus bosques de uncaria tomentosa y uncaria guianensis, conocidas popularmente como uña de gato, han sido deforestadas por personas ávidas de obtener ganancias con la comercialización de la corteza.Los indígenas brasileños están tomando precauciones. Recientemente, un grupo de caciques agrupados en la Fundación Nacional del Indio de ese país, se reunió en Roma con integrantes del Parlamento Europeo y organizaciones no gubernamentales para analizar medidas comunes contra la biopiratería. “Los conocimientos de los pobladores nativos, aprovechados legalmente, pueden ahorrar tiempo y recursos en la producción de medicinas que de otra forma podrían demorar hasta 15 años”, declara Marcos Terena, cacique de la comunidad Terena de Brasil.Italia lidera la lista de países industrializados interesados en la medicina naturista y la investigación de propiedades curativas de las plantas amazónicas. Su interés no se limita a la búsqueda de especies, sino que incluye la divulgación de conocimientos.La mayor parte de las plantas medicinales y aromáticas requeridas por el mercado internacional son recolectadas por las comunidades amazónicas en forma desordenada y sin una clasificación previa, lo que las desvaloriza. Tampoco existen mecanismos que aseguren un retorno económico para los pueblos que la producen.“El auge de la medicina naturista es beneficioso para la humanidad, lo malo es que se haga a expensas de los pobladores nativos y con fines de lucro”, precisa Javier Lauro, presidente del Instituto de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Perú.



Ladrones de corbata, creídos hasta el cielo y Amazonia deseada


No es la novidad que la Amazonia es un tesoro de la naturaleza que hasta hoy sobrevive, porque hacia siglos destruieron las florestas del mundo. Los hombres de dinero solamente notaram hasta poco tiempo que nada es para siempre, o sea, que solamente restó la floresta Amazonica, que se puede ver, ahora es un belo investimiento, no que estuviesen com ganas de protegela.Solamente no bastasen los diversos roubos que estan escritos em los libros de historia, hacía más de 500 años roubaran casi todo el pau-brasil y después tuvo un inglés que llevou mudas de seringueira que estragó la económia de Amazonas, ahora es moda llevar plantas de la Amazônia e patentar plantas nativas de acá.Las plantas que fueram“roubadas” son: cupuaçu, açaí,copaíba e andiroba.Esas plantas fueram patentadas por países europeos, Estados Unidos y Japón. Me perdone se estivera esquivocada pero, que supo soló patentamos ua cosa que críamos o descobrimos. O sea, eses países están ignorando la cultura nativa brasileña, pisando en cima como se en Brasil nadie utilizase, conocese o tuviese capacidade de ver que esas plantas pueden traer benefícios para los humanos. Como siempre, los creídos, se consideran los salvadores del mundo, ya que en sitios de busca, como en el Wikipedia en inglés, dicen que ellos están solamente “comiercializando conocimientos tradicionales” y “salvando chicos enfermos”. Lo peor fuera“biopiratería es un termo malo para la comercialización de conocimientos indígenas.Tiene otras plantas que cientistas quieren para el progreso de pesquisas em la área biomédica.Y lo peor de tudo es saber que el próprio brasileño no supe lo que es biopiratería. Entonces, para dejar claro, biopiratería es la exploración, manipulación, exportación y/o comercialización internacional de recursos biológicos que contrarian las normas de la Convención sobre Diversidade Biológica, de 1992. Brasileños abrem sus ojos para que miren la riqueza que están tirando de ustedes. No se iludem con nombres bonitos y sí encaren el problema y hagan con que las autoridades tomen una posición más firme diante este problema.Concluímos que se dejarmos la floresta sin nenhuma proteción seria como dejar la puerta de su casa abierta mientras usted estuviera fuera.



Karina, una alumna revoltada diante de una situación ridícula.

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